¿Alguna vez os habéis sentido como una estrella del porno? ¿Con la posibilidad de explorar un montón de fantasías que ni habías imaginado? ¿Si? ¿No? Excepto una minoría, entre la que me incluyo, por supuesto, la mayoría de las personas no pueden contar con ese tipo de experiencia, por ello hoy os voy a contar la experiencia que he vivido que creo debe ser lo más parecido a ser una super estrella del porno.
Para poneros en situación, os diré que esto ocurrió hace un par de años, por aquel entonces me encontraba en paro, por lo que tenia mucho tiempo libre y ni un puto duro. Lo bueno era que podía aprovechar ese tiempo libre en lo que quisiera, yo lo ocupé conociendo mujeres, así conocí a Carmen, una malagueña que me ponía muy cachondo. El caso es que terminamos saliendo, la relación desde el principio fluyó, por lo que en poco tiempo nos vimos en la tesitura de plantearnos ir a vivir juntos.
El problema era que como os he dicho antes yo estaba pelado de pasta por lo que agobiado le comenté esta inquietud, para mi sorpresa no solo me dijo que no había problema dino que además creía que podría darme trabajo, ¡contratándome ella misma! No me dio mas detalles, pero algo en cómo lo dijo me la puso dura, así que, que diablos …
No volvimos ha hablar del tema hasta pasados unos días de entrar a vivir juntos. Después de tomar posesión de nuestro nidito de amor, follando como si no hubiera un mañana durante todo el fin de semana, volví a preguntar por el supuesto trabajo y en que consistía, a lo que ella me contestó que bajara a por aceite lubricante, más condones, fresas y chocolate, que, aunque estoy de acuerdo que eran totalmente necesarios, en ese momento no entendí, pero como buen novio cumplí su petición.
Al llegar a casa, y aquí es cuando la cosa se pone interesante, Carmen me llamo desde la habitación, al acudir me encontré aquel bellezón con un conjunto de lencería, tacones y labios rojos que me pusieron a mil, no hizo falta más, la agarre por la cintura atrayéndola mientras con la otra mano la cogía una teta para metérmela en la boca, ella metió la mano dentro de mis pantalones sacándomela dura e inmediatamente comenzó a chupar.
El caso es que mientras su lengua jugueteaba con mi polla, lo vi, sobre la mesa había un portátil conectado a una webcam, enseguida comprendí.
Posiblemente mucha gente se habría desanimado, yo por el contrario me vine arriba y cogiéndola con suavidad hice que se incorporara después de un de recorrer su parte de su cuerpo con la lengua, la penetre con la idea de que sus gemidos se escucharan por todo el barrio.
Una vez terminamos aquel día, ya mas tranquilos ella me comento los pormenores del trabajo, que resumiendo venían siendo cosas como peticiones de quien nos viera, anonimato, cuanto se cobraba, horarios, etc…
Debo decir que, aunque esta situación es idílica también tiene sus inconvenientes por lo que no se lo recomiendo a todo el mundo más allá de satisfacer determinadas fantasías.
En primer lugar, aunque seas un autentico semental como es mi caso, uno necesita sus tiempos de descanso, milagros a Lourdes, también hay que tener en cuenta que no siempre vas a poder hacer lo que te apetezca, sino lo que te piden.
Por otro lado, considero que es solo valido, como siempre para aquellas parejas seguras de si mismas, con confianza y ganas de explorar experiencias nuevas.
Hay quien dice que no es para gente tímida, y creo que mas bien es todo lo contrario, una vez dado el primer paso cada vez es más fácil os vais soltando hasta que disfrutéis a tope, os conozcáis mejor y lo mejor de todo es que estaréis ganando dinero mientras falláis y si lo que os preocupa es el anonimato, no pasa nada también existen máscaras, antifaces, el que no es emprendedor es porque no quiere, os lo digo yo. ¿Qué opináis?, ¿os atreveríais con una situación así?, ¿lo haríais con alguien que no fuera vuestra pareja?
Como siempre espero vuestras vivencias y comentarios, un saludo.