Eyaculación precoz. Asúmelo, no eres infalible

¡No eres infalible! Cuanto antes asumas esto mejor será para ti. Y es que no siempre uno puede quedar a la altura del puto Dios del sexo.
Algunos dicen que es por afilar demasiado el lapicero, otros todo lo contrario, otros que sencillamente se hacen más viejos y el resto sencillamente cree que no tienen ni puta idea, pero les pasa igualmente.
Y es que a todos hemos tenido una primera vez incómoda en la que no podemos rematar la faena como quisiéramos.
La historia es saber reconocer por qué ocurre, cuándo y sobre todo cómo salir, a ser posible sin que se note demasiado.
Os cuento como me pasó a mí y cómo lo hice para que si alguna vez os ocurre algo similar podáis aplicarlo, si os acordáis y lográis concentraros.

Fue una noche de esas en las que había quedado con una tía que me ponía a mil, así que un fin de semana me dijo de quedar con ella para cenar, cosa a la que accedí encantando. Una vez realizados todos los preparativos previos fui a buscarla con la mejor de mis sonrisas. Por aquel entonces los dos estábamos muy mal de pasta, así que decidimos acudir a cierto local del pueblo, donde las pizzas que se servían eran pura ambrosía.

Una vez terminamos, como ninguno de los dos teníamos en ese momento un lugar donde estar cómodos y solos, decidimos recurrir al comodín del coche, siempre tan a mano en estos casos y buscamos un lugar cómodo donde poder hablar tranquilamente en el asiento de atrás. Sí, he dicho hablar, lo de follar viene más adelante, en mi caso las situaciones de peli porno en las que sin hablar ya pones la pica en Flandes no suelen darse muy a menudo y además aún queda en mí algo de espíritu romántico, jajaja.

El caso es que una vez hablado todo y desgastado todas las miradas posibles de deseo llegó la tormenta sin avisar.
De golpe me lancé a ella como un milano y la besé con toda la intensidad que pude mientras con la otra mano la atraía hacia mí cogiéndola por la cintura. A estas alturas sobra decir que la respuesta fue proporcional a mi envite.
Nos tiramos un rato largo así hasta que empezamos a arrancarnos la ropa con ansia de disfrutar el uno del cuerpo del otro. Podéis imaginaros cómo ella me comía la polla con una habilidad que nunca antes había disfrutado y cómo yo devoraba su cuerpo sin dejar un solo lugar sin probar.
Y entonces llegó el momento de meter y tras un par de penetraciones, me di cuenta de que el punto de no retorno estaba a la vuelta de la esquina. No podía ser, la noche estaba siendo perfecta y hasta el momento estaba siendo el mejor polvo de mi vida.
Procurando que no se notara demasiado, sin dejar de darle placer y con le escusa de tener a mano los preservativos, comencé a buscar a tientas un trapo que suelo llevar en el hueco del reposabrazos, por si fuera necesario.
Cuando lo alcancé mientras ella estaba desnuda y tumbada me coloqué el trapo en la polla y dejé que saliera toda la corrida. Una vez asegurado de que no iba a salir más lo dejé debajo de uno de los asientos con cuidado.

Una vez solucionado el tema de la corrida de forma discreta ya solo debía preocuparme de estar al pie del cañón el tiempo suficiente para que mi polla volviera a ser el sable que todos desearíais.
Y así hice, juegos de manos, sexo oral saltando de punto caliente a punto caliente, incluso me permití el lujo de privarla a ella de hacerme según qué cosas, con la intención de que lo deseara más durante algo menos de diez minutos, los cuales fueron suficientes para volver a la carga y realizar todas aquellas posturas que te permite el habitáculo trasero de un coche y otras que no.
Días más tarde ella me reconocería que había sido una de las mejores experiencias de su vida.

Y ahora al tema, ¿cómo hice aparte de lo ya explicado para que no se notara mucho? Simplemente pensé en cómo seguir dando placer a la otra parte sin renunciar a volver a tenerlo yo. Eso sí, para que no se rompa la magia del momento debe quedar para vosotros. También debéis tener en cuenta que una vez os habéis corrido una primera vez, la siguiente habréis ganado plus de aguante, y eso hace mucho. Y por supuesto, ya que durante un tiempo vais a dejarla sin una parte importante del momento que es vuestra polla en su coño, os aconsejo que os entreguéis a fondo con el resto de formas que conozcáis de dar placer. Así simplemente disfrutará sin saber lo que pasa entre bambalinas.

Sé que suena frío, pero si conseguís no agobiaros y continuar como si nada, seguramente irá rodado siempre, ocurra lo que ocurra.
A la pregunta de por qué pasó… Bueno, en mi caso imagino que estaba súper excitado y quizá el abusar de preliminares resultó contraproducente en un principio. Aunque como podéis ver no siempre tiene por qué ser malo.
Hay otros factores que también pueden propiciar una rápida eyaculación, como la alimentación o incluso temas genéticos. En cualquier caso os animo a que si os acurre algo así no os desaniméis e intentéis buscarle solución y aprender de ello, la siguiente lo disfrutara más, creerme.

Y esto es todo, espero que os haya gustado y que si os ha ocurrido alguna vez una de estas situaciones me las contéis en los comentarios.
Dicho esto, me despido, no seáis buen@s y follad mucho.