El otro día ya os hablé de mi experiencia con el sexo tántrico, la cual considero que fue algo decepcionante. Aun así, como no soy de los que se rinden a la primera de cambio, decidí seguir haciendo investigación de campo sobre ello. Si a tanta gente le gusta, tendrá que tener algo bueno ¿no? Además, no se vosotros, pero yo últimamente dispongo de mucho tiempo libre y ya conocéis el dicho… ”cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo”
De esta forma, di con los llamados masajes del Lingam y del Yoni, que no son más que una forma espiritual de referirse a una polla y a un coño, debo decir que el segundo nombre, Yoni, no me parece un nombre tan espiritual ya que parece que estamos hablando de las habilidades del vecino del quinto que tiene unas manos… jajaja.
Sí, es lo que estás pensando, estamos hablando de un pajote y un dedazo ajeno de proporciones épicas con toda la parafernalia que en estos casos es requerida, que a mi entender, siempre es necesaria y enriquece, aunque no es imprescindible.
Como soy un tío al que le gusta recrearse dando placer a su pareja, comenzaré con el masaje del Yoni.
Bueno, como ya dije en el anterior post es fundamental realizar estas prácticas con tiempo. ¡Eso de ir con prisas no eh! También es interesante currárselo un poco con un baño desnudos, música de ambiente, velas aromáticas, para que fluya la magia. Todo esto como ya dije no es necesario si no queréis hacerlo, pero a en mi caso siempre he creído que en los detalles está el punto que marca la diferencia, así que el nivel de ambientación, etc. es vuestro gusto.
Una vez pasamos de la situación inicial ¡oh que sorpresa cariño no me lo esperaba!, ¡que detalle!, bla bla bla, en la que nos sonreímos deseosos de ponernos al lio, nos fuimos a la cama.
Ya desnudos, en un ritual lento en el que como no puede ser de otra forma, recorréis todo su cuerpo sin dejaros nada. La tumbé de espaldas a la cama de tal manera que con la ayuda de cojines ella quedara recostada con su pelvis ligeramente elevada. Abrí sus piernas y me senté entre ellas dispuesto a iniciar el masaje.
Los expertos dicen que es importante sincronizar las respiraciones, pero sinceramente, puede que eso sean capaces de controlarlo los grandes maestros. En mi caso tenía otras cosas mejores entre manos y no se deciros si fue sincronizado o no, pero sí que le gustó jajaja.
El caso es que para ir marcando el camino, muy muy lentamente comencé el masaje por las piernas subiendo sin detenerme en el coño y continuando hasta sus tetas, haciéndola disfrutar de la presión de mis dedos resbalando con la ayuda del lubricante que fui extendiendo por todo su cuerpo.
Cuando el bizcochito ya estaba lo suficientemente húmedo (esto va en gustos), deslicé mis dedos hasta acariciar sus labios exteriores, apretando suavemente con los dedos índice y pulgar recorriéndolos lentamente. Recréate, luego pasa a los labios inferiores y haz lo mismo.
Doy por hecho que no es necesario decirlo, aun así, lo diré. Es un poco raro intentar sincronizar la respiración mientras miras fijamente un coño al cual acaricias. Es mejor mirar a los ojos a tu pareja, por el momento conexión, magia y tal, ya sabéis.
Llegados a este punto mi pareja ya estaba cercana a la gloria. Es entonces cuando pasé a masajear su clítoris en movimientos circulares. Primero en un sentido y luego en el otro, que en la variedad está el gusto.
Aquí es ya cuando ella empieza a agarrar las sábanas con fuerza y empieza a retorcerse de placer, aguantando, apunto de llegar, por lo que para poner la guinda al pastel, introduje mi dedo índice y corazón en su coño acariciando su interior. De esa forma quedó al alcance de mi pulgar su clítoris.
Y si ya queréis rizar el rizo y si a ella le gusta, podéis intentar introducir vuestro dedo anular por el ano. En mi caso no lo hice, más que nada porque no tenía clara la postura de las manos ni cómo de efectivo sería. Ya sabéis, quien mucho aprieta…
Es probable que como en mi caso se corra varias veces antes de terminar el masaje. Si es así no pasa nada, siempre y cuando se vuelvan a sincronizar las respiraciones, o eso dicen los expertos. A mí me la peló completamente y disfruté igual.
Y hasta aquí esta parte de la historia. Para no alargarme mucho, el próximo día hablaré de la experiencia de la otra parte, el llamado masaje Lingam. No hay que olvidar que también a nosotros nos encanta que disfrutéis de los micrófonos.
No olvidéis dejar vuestros comentarios al respecto.
Como siempre, ¡sed malos y follad mucho!
Un saludo.
El masaje yoni le encanta a mi novia, siempre se lo haga antes de hacer el amo, a mi me gusta el masaje sensual acabado con un masaje lingam con aceite, mientras me lo hace yo le hago cunnilinguis, le encanta
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