¿Quién no ha oído hablar alguna vez, o conoce a alguien a quien le han sido infiel alguna vez? Estoy seguro que la mayoría por desgracia o por fortuna conocemos a alguien, eso si no habéis sido “l@s afortunad@s”.
Al leer esto estaréis pensando que para llegar al corazón de este tío hace falta un picahielos, ¿como puede decir algo así con un tema tan delicado?, yo la quería, era la persona de mi vida, bla, bla bla…No, sé que es delicado, pero no, si vuestra pareja os ha sido infiel debéis saber varias cosas:
No hace mucho os hable de un amigo mío que se había separado, ¿A que no adivináis por qué? El caso es que durante un tiempo estuvo muy mal, la suya había sido una relación muy larga, en la que ya habían adquirido ciertos compromisos como el matrimonio, una casa en común, etc.
Mi amigo se preguntaba cómo había llegado a esa situación sin darse cuenta hasta ser demasiado tarde, mediante este tipo de preguntas intentaba vislumbrar las razones y cómo no, si habría podido hacer algo. Mientras los demás intentábamos consolarlo de la mejor manera que podíamos, pero como en todos los grupos de más de una persona, jajaja, había diferentes opiniones.
Al margen de todas ellas, que fueron muchas y daría para muchísimo, yo os voy a dar la mía y es que esta situación por desgracia ocurre muy a menudo, ¿porque razón? Las posibilidades son infinitas, pero todas tienen un denominador común y es que no le aportas a esa persona lo suficiente para querer conservarte sin correr el riesgo a perderte por otra que considere mejor. Toma frasecita, intentar leerla en alto sin hacer pausas, jajaja.
Es triste pero cierto, hay que tener en cuenta que cualquier relación esta basada en los intereses, proyectos y forma de ver la vida en común. Estas metas, aunque son siempre palpables al principio de la relación, luego hay que matizarlas y comenzar a trabajar duro en pulirlas y es aquí donde comienza el principio del fin en muchas parejas, ya que en vez de confiar el uno en el otro y hablar las cosas, llegar a un acuerdo y seguir remando juntos en la misma dirección, deciden actuar por su cuenta empeorando la situación y favoreciendo ese pensamiento individual y autosuficiente que nos hace pensar en que necesidad tenemos de estar con esa persona.
De esta manera, se rompen las ilusiones y metas que mantiene unida a la pareja y ese anhelado proyecto en común. Por eso es tan importante ir despacio para conocer a la persona adecuada de ser ese el objetivo que buscas y poder ser proactivos en la relación a la hora de identificar y satisfacer las necesidades de la otra parte, todo esto mutuamente claro está.
También cabe la opción de en que circunstancias se conozca la pareja, me explico, el primer ejemplo está basado en dos personas que no tienen cargas emocionales de otras parejas, ni preocupaciones mas allá del resto de mortales que poblamos la tierra, llegar a fin de mes, ver nuestra serie favorita, que nos hagan una buena mamada… El caso es que si dos personas comienzan una relación para intentar olvidar o evadirse de otros problemas, probablemente funcione al principio, por eso de la novedad, ¿pero que pensáis que ocurre luego? Discusiones continuas, sensación incomprensión, inapetencia sexual, situaciones forzadas, intolerancia por situaciones que se dieron con otras parejas y no salieron bien… ¿veis a que camino lleva esto?
Y por último tenemos el síndrome de la espinita clavada, también conocido como “Y si…“.
¿En qué consiste? Os lo cuento. Dos personas se conocen, pero una de ellas aún no ha superado la ruptura con su anterior pareja, bien porque pensaba que pudo hacer más o bien porque sigue colgado hasta las trancas de esa persona. En algún momento retoman el contacto y bueno, lo que tarden en demorarlo, pero el caso es que la otra parte termina haciendo surcos por las nubes. Lo más gracioso de estos casos es que luego la mayoría al cabo de un tiempo cuando ya se han quitado esa espinita y han visto que no ha funcionado, vuelven. Y es aquí en función de los intereses de la otra parte si compensa o decir sí o no, ¿qué opináis, merece la pena, funcionaría?
Está claro que hay muchas más razones, pero estas son las que yo creo son las principales, que pueden discrepar de las vuestras, en cuyo caso siempre podéis comentar.
El hecho de ser infiel no significa que esa persona deba ser juzgada, cada pareja es un mundo y hay muchas razones para que ocurra algo así, con ello no pretendo justificar las infidelidades, pero sí hacer ver que es fácil juzgar desde fuera, pero lo cierto es que es muy sencillo verte en una situación así y entonces no está tan clara la cosa.
Es más, también hay quien se da cuenta de su error, (que son l@s menos) y fortalece el vínculo de esa persona, aunque la otra no tenga ni idea, pero ya sabéis, ojos que no ven… Total, decírselo a la otra persona solo le causara dolor … ¿no?